10 bandas de metal español que brillaron en los 90

Los años 90 llegaron a España como un torbellino que agitó el panorama musical, y el metal no fue la excepción. Mientras el mundo veía el auge del grunge y el declive aparente de los sonidos más pesados, en este rincón del planeta las guitarras afiladas y los ritmos demoledores encontraron su propio espacio. Lejos de rendirse ante las tendencias globales, las bandas españolas de metal se aferraron a sus raíces y exploraron caminos que las llevaron a destacar en una década de contrastes. No se trataba solo de resistir, sino de construir algo propio en un contexto donde el rock duro aún peleaba por su lugar frente a los nuevos gigantes comerciales.

El metal español de los 90 tuvo una chispa única: la capacidad de mezclar influencias externas con elementos locales, desde el folklore hasta la rabia urbana. Fue un periodo de transición, donde los ecos de los 80 convivían con propuestas más modernas, y las bandas lograron captar la atención tanto de los fieles al género como de quienes buscaban algo fresco. A continuación, exploramos diez nombres que definieron esa era, seleccionados no solo por su popularidad en el momento, sino por cómo sus discos y actuaciones moldearon el camino del metal en España. Cada una aporta algo distinto, ya sea por su enfoque sonoro, su conexión con el público o su papel en la evolución del estilo.

  1. Mägo de Oz
    Arrancamos con Mägo de Oz, una banda que en los 90 comenzó a trazar un sendero que los convertiría en titanes del metal español. Formados en 1988, fue en la década siguiente cuando su mezcla de heavy metal y folk celta empezó a tomar forma sólida, especialmente con Jesús de Chamberí (1996). Ese disco, con su narrativa teatral y su apuesta por integrar violines y flautas, mostró que el metal podía ser un lienzo para contar historias más allá de los clichés del género. Su crecimiento en directo, con actuaciones que desbordaban energía, los posicionó como un puente entre la tradición del rock duro y un público que buscaba algo más allá de lo convencional.
  2. Hamlet
    Si hablamos de evolución, Hamlet merece un lugar destacado. Nacidos en Madrid, su salto al metal alternativo llegó con Sanatorio de muñecos (1994) y se consolidó con Revolución 12.111 (1996). Aquí no hay adornos ni concesiones: su sonido crudo, directo y cargado de furia reflejaba el desencanto de una generación. La voz de J. Molly y las guitarras afiladas de Luis Tárraga conectaron con quienes veían en el metal una forma de canalizar la frustración urbana. Su giro hacia un estilo más cercano al nu-metal los hizo pioneros en España, abriendo puertas a otros que vendrían después.
  3. Extremoduro
    Aunque Extremoduro es más conocido por su rock transgresivo, en los 90 su incursión en terrenos más pesados los acerca al metal. Pedrá (1995), con su duración épica y su atmósfera densa, es un viaje sonoro que coquetea con el rock progresivo y el sludge. Robe Iniesta y compañía no seguían reglas, y esa libertad los convirtió en un referente para quienes valoran la experimentación dentro del género. Su influencia en el metal español radica en cómo demostraron que los límites podían romperse sin perder potencia.
  4. Obús
    Obús ya era un nombre consolidado en los 80, pero en los 90 mantuvieron su relevancia con discos como Otra vez en la ruta (1990). Su heavy metal clásico, liderado por la voz de Fortu Sánchez y los riffs de Juan Luis Serrano, seguía resonando en un público leal. No innovaron tanto como otros, pero su constancia y su capacidad para llenar salas en una década complicada para el género les aseguran un sitio en esta lista. Representan la resistencia del metal tradicional frente a los cambios de la época.
  5. Barón Rojo
    Otro veterano que no bajó los brazos. Barón Rojo, con su legado de los 80, lanzó Desafío (1992), un trabajo que mantuvo viva la llama del heavy metal español. Los hermanos De Castro seguían apostando por riffs potentes y letras que hablaban de lucha y rebeldía, conectando con una base de seguidores que no se rendía ante las modas. Su papel en los 90 fue el de un faro para las nuevas generaciones, recordando que el metal clásico tenía aún mucho que decir.
  6. Tierra Santa
    Formados en 1997 en La Rioja, Tierra Santa llegó al final de la década con Legendario (1999), un debut que los puso en el mapa del power metal español. Inspirados en bandas como Helloween, pero con un toque épico y medieval propio, sus canciones sobre leyendas y batallas encontraron eco en un público ávido de historias. Su entrada tardía en los 90 no les quita mérito: sentaron las bases para el boom del metal melódico que llegaría en los 2000.
  7. Sôber
    Sôber apareció en 1994 y, con Torcidos (1997), empezó a perfilar un sonido que mezclaba metal alternativo con toques grunge. La voz de Carlos Escobedo y las atmósferas oscuras de sus temas los diferenciaban del resto. No eran los más ruidosos, pero su enfoque introspectivo y su habilidad para tejer texturas sonoras los convirtieron en una propuesta distinta dentro del metal español de la época. Su evolución posterior no eclipsa lo que lograron en esos años iniciales.
  8. Ktulu
    Desde Barcelona, Ktulu trajo una visión más agresiva con discos como Confrontación (1997). Su thrash metal con pinceladas industriales era un puñetazo en la mesa, perfecto para quienes buscaban algo más extremo. Influenciados por bandas como Slayer o Sepultura, pero con un carácter propio, supieron captar la atención de los círculos underground. Su apuesta por un sonido sin filtros los hace imprescindibles para entender la diversidad del metal español en los 90.
  9. Ankhara
    Ankhara debutó en 1999 con Dueño del tiempo, un disco que los colocó en la órbita del heavy metal melódico. Con Pacho Brea al frente, su estilo recordaba a los grandes del power metal europeo, pero con letras y melodías que resonaban con el público español. Llegaron tarde a la década, pero su impacto fue inmediato, demostrando que el género seguía vivo y podía renovarse sin perder su esencia.
  10. Lujuria
    Cerramos con Lujuria, formada en 1993 en Segovia. Su primer disco, Cuentos para mayores (1995), apostó por un heavy metal desenfadado, con letras picantes y un humor que los diferenciaba del tono serio de otros. No buscaban revolucionar, sino divertir y conectar con un público que disfrutaba del metal sin tomárselo demasiado en serio. Su energía en directo y su actitud los convirtieron en un nombre querido en la escena.

Estas diez bandas no solo sobrevivieron a los 90, sino que dejaron un legado que sigue resonando. Desde el folk metal de Mägo de Oz hasta el thrash de Ktulu, cada una aportó una pieza al rompecabezas del metal español, demostrando que el género podía adaptarse, resistir y, sobre todo, emocionar en una década que no siempre les puso las cosas fáciles.